Royder Frank

Aún llegan a mi memoria, aquellos dulces recuerdos del tiempo en que te conocí, los mismos por los que ahora puedo decir: “Me traspasaste el corazón y te Amé” (San Agustín). Esto resume, sin duda, el inicio de una nueva vida; desde aquel instante ya no quería "hacer otra cosa ni oficio, sino la de Amar."(Santa Teresa de Jesús)

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​Encontré la Verdad y encontrándola la Amé.  No veo otra dicha que estando en ella, aquella Verdad que transformó mi vida, la lleno de color, le dio esperanza y la transformó en alegría; en una palabra lleno sentido mi existencia.  Cualquiera al verme, en aquel entonces, habría dicho tal vez, este es un loco, y yo le respondería, si, un "loco", soy un loco, pero un loco de Amor.

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Ahora pues, mis labios pueden expresar aquellas dulces palabras del Profeta:

“Señor no soy nada, pero me has llamado, me has hablado al corazón y me has querido, es imposible conocerte y no amarte, es imposible, amarte y no seguirte..., me has seducido Señor." (Jeremías 20, 7) 

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Eres el Amor Divino, Aquel que sedujo mi alma, a quien ahora  busco...

Por los valles y las plazas buscaré al amado de mi alma, yo rogaba que si viesen a mi Amado le dijeran, que estoy enfermo, enfermo de Amor." (Beata Ana de los Ángeles)

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Son tantas las dudas que he pasado, los inciertos que he vivido, pero...

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Por fin he encontrado mi vocación: Mi Vocación es el Amor" (santa Teresita del Niño Jesús)

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"Jesús déjame decirte en el exceso de mi gratitud, que este amor llega hasta la locura, y como quieres que ante esta locura mi corazón no se lance hacia Ti, como habrá de conocer limites mi Confianza." (Santa Teresita del Niño Jesús) Mi corazón en cada latido te dice: "Jesús yo Confío en Ti." (Santa Faustina Kowalska)

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En este oficio de Amor, solo espero llegar al atardecer de mi vida Amando, con locura, una locura tan suave que deja una profunda Paz en el corazón y una gran Alegría en el alma, pues es "que en el atardecer de la vida te juzgarán en el Amor."(San Juan de la Cruz)

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Una respuesta a mi Corazón

Hoy a llegado a mi memoria el recuerdo de aquel día en el que mi Señor respondió claramente a una inquietud mía. No sabia que hacer, sufría y estaba lleno de temor, tenía que dejar el Seminario y con el toda mi vocación trazada desde mi corazón, pero el Señor que dirige nuestros pasos quiso hacerme dócil a sus designios, mostrándome que su voluntad es que sea feliz siendo santo en lugar donde este. Es así que en una ansia de soledad y vacío clame a mi Señor con mis labios, no se si con estas con estas palabras u otras, pero con temblor le dije: Señor tengo miedo ir al mundo, porque se que ahí me alejaría de ti y me perdería por siempre, tal era la desconfianza en su Amor que ese preciso momento me asaltó, que no veía nada mas que desgracia y silencio, pero mi Señor que no deja solo a los atribulados ya tenía una respuesta fija en su Corazón hacia mi. Tomé las Sagradas Escrituras, y con una temblorosa esperanza fui seguro y leí lo primero que encontré: "Les hablo de estas cosas para que tengan paz en mi. Ustedes encontrarán la persecución en el mundo. Pero, ánimo, yo he vencido al mundo" (Jn. 16, 33), …mi Señor con entrañable Amor de Padre sabía que de su corazón él nunca me soltaría. Leí y ya no quise seguir leyendo tampoco, la respuesta a mi corazón ya estaba hecha; de ahí en adelante solo empezaría la carrera, "una carrera de gigante" (santa Teresita). 

Desde ahora debía lanzarme vendado los ojos hacia el vació solo confiando en Aquel que me dio todo y me mantiene en la Vida; la Confianza en el Amor.